sábado, 22 de junio de 2013

SHIN - El cultivo de la moral

      En primer lugar, en relación con el cultivo de la moral, hay dos elementos. Uno de ellos es la capacidad de desarrollar el carácter de forma natural a través de la práctica del judo como resultado de la singular esencia del judo. El otro es hacer uso de todas las circunstancias externas relacionadas con el judo, en particular a las enseñanzas de la educación moral, para lograr ese objetivo. Me gustaría hablar de esto último.

Desde tiempos antiguos hasta hace muy poco en el Japón, las artes marciales como el jujutsu, kenjutsu, y sojutsu han sido un importante elemento de la educación superior, y muchas personas han agudizado sus mentes a través de las artes marciales. El patriotismo que las personas sienten por su país está ligado al hecho de si les gusta o no lo que su país ha hecho hasta ahora, y si esa persona comparte o no los mismos sentimientos de sus antepasados. Por lo tanto, si queremos que en el futuro el Japón valore a la gente de su país, y si se quiere que la gente fortalezca el amor hacia nuestra patria, tenemos que difundir, aunque solo sea un poco, el espíritu de las artes marciales a los jóvenes de hoy.
 
Si tenemos en cuenta qué tipo de arte marcial debemos utilizar hoy con el fin de lograr ese objetivo, no hay ninguno mejor que el judo. Las costumbres del pasado siguen siendo importantes hoy, y muchas personas creen firmemente que las artes marciales son algo que debe ser honrado, y que la mala intención o comportamiento débil de voluntad es inadecuado si se aspira a seguir el camino de las artes marciales. Dicho esto, hoy no hay necesidad de capacitación en el uso de lanzas, y la necesidad de ser un buen espadachín está disminuyendo, por lo que el judo es claramente el arte marcial más apropiado para el día de hoy. Si se aprende de un buen instructor de judo, naturalmente se podrá honrar a Japón y amar las cosas japonesas, elevar el espíritu y cultivar un carácter valiente. Además durante la práctica del judo, en función del método de instrucción, los estudiantes se ven influidos de diversas maneras positivas. Veamos algunos ejemplos:
 
Al hacer randori en un dojo, donde muchas personas lo practican, puede haber ocasiones en que tanto las personas con experiencia y sin experiencia practican juntas, mientras que en otras ocasiones gente del mismo nivel practican juntos el randori. Algunas personas pueden llegar naturalmente a una posición de liderazgo, mientras que otras pueden estar en situación de ser dirigidos. En particular, pueden ser aquellos que después de practicar durante un largo tiempo, pasan desde la posición de ser guiados a la de líderes, y he observado muchos casos en los cuales estas personas son asignadas para ser instructores y tienen muchas oportunidades de enseñar a la gente, y esto lo hacen lo mejor posible y de una forma amable.
 
Como un ejemplo más de la instrucción en un dojo, a menudo hay circunstancias en que familias o amigos se reúnen y socializan. Es en estas situaciones cuando el instructor advierte a los estudiantes con respecto a su lenguaje o comportamiento, es lo mismo que instruirlos a ellos directamente acerca de la conducta adecuada, ya sea en casa o fuera de casa. Es decir, éste es el estudio de la etiqueta en la sociedad humana.
 
Después de entrenar, los niños pueden estar sedientos, y es probable que quieran beber agua. En momentos como ese es cuando, si el instructor les advierte y da la instrucción apropiada, los estudiantes se controlaran y evitaran los excesos. Más tarde, aunque los estudiantes estén solos ya habrán adquirido el hábito del control de sí mismos y por tanto no cometerán excesos. 
 
Hay muchos ejemplos como éste. Normalmente estoy muy ocupado, y lamento no poder dedicar mucho tiempo a la enseñanza de las bases del judo, pero los que lo hacen a diario y reciben orientación seguramente entenderán el beneficio que  la enseñanza del judo aporta a la sociedad.

Jigoro Kano (1860-1938)

 

sábado, 8 de junio de 2013

GI - Yoko-wakare: separación lateral

  Esta dinámica técnica de Yoko sutemi-waza (técnicas de sacrificio lateral) requiere un movimiento corporal coordinado. Yoko-wakare (separación lateral) consiste en deslizarse por debajo de las dos piernas del oponente y girar bruscamente  el cuerpo para realizar una proyección dinámica. 

  Desde la postura natural básica (Shizen-tai) y el agarre inicial giramos súbitamente a la izquierda 90 grados. A continuación nos deslizamos arrojando ambos pies hacia adelante y, al mismo tiempo, separamos las piernas arrojando al adversario hacia adelante y sobre nosotros, rotándolo por completo sobre nuestro cuerpo, tirando hacia abajo con la mano izquierda y elevando hacia arriba con la derecha.

  Este movimiento resulta ser muy efectivo ya que al ser tan sorpresivo, es poco probable que Uke tenga oportunidad de bloquear o contraatacar el movimiento. Por otra parte, Tori queda en una posición muy vulnerable si falla o no ataca con decisión.