sábado, 15 de diciembre de 2012

GI - Katame-no-kata: formas de control

  La Katame-no-kata es la Kata ritual de las inmovilizaciones, las estrangulaciones y las luxaciones, o sea, un "resumen" del Judo en el suelo. Se compone de 3 series de 5 técnicas cada una, practicadas a la derecha.

    Hay que saber que esta Kata se estudia tras el Nage-no-kata y no sin razón. En efecto, la Katame-no-kata es el complemento de la Nage-no-kata. Los dos juntas forman la Randori-no-kata. Para entender bien las cosas, conviene decir que en la Katame-no-kata, Uke sigue siendo "el agresor" lo que permite a Tori aplicar las técnicas de Judo suelo.

    Si la técnica de proyección no ha sido bastante perfecta para poner fin al combate, es necesario continuar el combate en el suelo. Por consiguiente, es Uke quien ataca, pero una vez en el suelo si esta capacitado para seguir la lucha, es Tori quien debe terminar su misión de neutralizarle. Es Tori quien provoca entonces el abandono de Uke por inmovilización, estrangulación o luxación.

    He aquí la razón de la Katame-no-kata y la causa por la cual Tori parece ser el agresor, aunque en realidad es el atacado que completa su defensa. En lo que concierne el carácter ritual de la Kata, tan remarcable, debemos insistir sobre el hecho que las Katas no son una competición real, ni siquiera una lucha estilizada y menos aun un combate simulado. Las Katas son las bases fundamentales de la competición.

    Si la competición es comparable a un ejercicio literario libre, las Katas son la gramática que se necesita para que el ejercicio sea correcto. Si la competición es comparable a una pieza musical, las Katas son las reglas del solfeo, de la armonía, del contrapunto que hace posible la música. Si la gramática no existiera y las reglas del solfeo no hubieran sido conocidas, no existiría ni la literatura ni la música.

    Si las Katas llegaran a desaparecer el Judo también desaparecería. Las Katas no son competición real y eso es fácil de entender. Pero tampoco son combates simulados y eso se ve fácilmente. Debemos insistir, en las Katas la simulación no existe. Uke nunca finge que cae proyectándose o que está inmovilizado sino es verdad. Tampoco son simuladas las estrangulaciones ni las luxaciones. Esta simulación no existe porque las técnicas empleadas son auténticas.

    Pero lo que existe es él "controlar, retener, sujetar" las técnicas con el fin de que Tori no produzca ningún perjuicio a Uke. De la misma forma Uke no simula que Tori le hace otra cosa de lo que le esta haciendo realmente, limitándose exclusivamente en dar a Tori la ocasión de hacerlo. La Kata debe ser pura, lógica, sobria, exacta, estética, sincera y eficaz.

    No es posible "imitar" una Kata delante de un experto. La Kata es una demostración, modelo de la técnica y no se puede demostrar más técnica que la que tiene realmente, las Katas son la escuela superior del Judo y solamente los grandes maestros son capaces de realizarlas tal y como son. A lo más que se puede aspirar cuando se realiza una Kata es a no cometer errores.

    Una Kata es igual que un círculo, si está trazado correctamente nadie puede hacerlo más redondo. En este sentido, las Katas constituyen una ciencia exacta. Pues la técnica se explica por la física y la geometría. En la Katame-no-kata, como en las otras Katas, ninguna interpretación personal puede imponerse sobre las bases técnicas y principios de ejecución.


Historia de la Katame-no-kata

  Esta Kata está compuesta por las cinco técnicas más importantes elegidas de cada una de las técnicas de inmovilización, estrangulación y luxación, con el fin de aprender a utilizar cada una de ellas. Se creó en el mismo año que la Nage-no-Kata y después de ésta, es decir, en los años 17 y 18 de la era Meiji (1.884-1.885).

  Denominada como "Formas de control en suelo", recibe, junto con la Nage-no-Kata, el nombre de Randori-no-Kata. Nos orienta hacia un método básico para el dominio de la lucha en el suelo. Con la práctica de esta Kata podemos conocer las formas básicas de Katame-waza: Desplazamiento de rodillas (Shikko-suru), Tai-sabaki, entrada y defensa de Tori, reacción de Uke, conocimiento de la existencia del Kuzushi, Tsukuri y Kake en Katame-waza, etc.

La Katame-no-kata está compuesta por 15 técnicas de control en suelo separadas en tres grupos que son:

OSAE-KOMI-WAZA
1.- Kesa-gatame.
2.- Kata-gatame.
3.- Kami-shiho-gatame.
4.- Yoko-shiho-gatame.
5.- Kuzure-kami-shiho-gatame.

SHIME-WAZA
1.- Kata-juji-jime.
2.- Hadaka-jime.
3.- Okuri-eri-jime.
4.- Kata-ha-jime.
5.- Gyaku-juji-jime.

KANSETSU-WAZA
1.- Ude-garami.
2.- Ude-hishigi-Juji-gatame.
3.- Ude-hishigi-Ude-gatame.
4.- Ude-hishigi-Hiza-gatame.
5.- Ashi-garami.


Texto: Haku Michigami/José Luis Herguedas

 

sábado, 8 de diciembre de 2012

TAI - Entrenamiento: el Randori

  El Randori es un simulacro de combate que permite a los compañeros de práctica ejecutar sus técnicas de forma libre. Randori es un ejercicio fundamental de Judo en el que un estudiante utiliza las técnicas que ha pulido mediante el Uchikomi (entrenamiento de repetición) y el Yakusoku-geiko (entrenamiento acordado), para atacar y derrotar al compañero de práctica de una forma que simula una competición real.
 
  El Randori hace hincapié en los conceptos básicos, y requiere que los compañeros de práctica ejecuten (y reciban) las técnicas a plena potencia. De este modo se aprende a desestabilizar al oponente con eficacia, el momento oportuno para atacar y cómo combinar las técnicas, así como la manera de defenderse de éstas y emplear contraataques.

  El Randori es la puesta en práctica de todas las técnicas que hemos aprendido. A través de él, y con la ayuda de nuestro compañero, vamos a llegar a progresar en el conocimiento del Judo.  En este momento debemos poner en práctica lo que anteriormente se ha estudiado, pero con una gran flexibilidad y con el cuerpo y el espíritu muy relajados. No debemos olvidar que Randori no es competición, sino una continuación del estudio, y por ello no hay ni vencedor ni vencido.  Solamente dos Judokas que intentar progresar con su ayuda mutua.  

  El Randori, para su estudio, podemos dividirlo en pie y en el suelo.  El combate en el suelo se inicia como consecuencia de una proyección fallida, que en lugar de darnos la victoria completa (ippon) solo nos ha proporcionado un cuarto de punto (yuko) o medio punto (waza-ari).  En estos casos, el combate que se inició de pie continúa en el suelo.  Sin embargo, en los entrenamientos se pueden iniciar directamente el Randori de suelo, partiendo de la postura de un Judoka tumbado boca arriba y el otro de pie, que es quien inicia el ataque. El Judoka que está de pie y que inicia el ataque (tori) debe evitar en todo momento caer entre las piernas de uke.  A tal fin procurará apartarlas agarrando de la pernera del pantalón.  No quiere esto decir, sin embargo, que el Judoka que está de pie sea el que tiene siempre que ganar: si no anda listo puede caer entre las piernas de su compañero o ser volteado por no controlar las piernas de quien está en el suelo.

   Muchas veces se hace mal el Randori.  Unas veces por defecto, pensando que es una especie de «ballet» en el que uno y otro Judoka se dejan tirar por el compañero alternativamente.  Otras veces por exceso, poniendo una pasión y una vehemencia que corresponde más a la competición (shiai).  El Randori no es ni lo uno ni lo otro.  En el Randori podríamos encontrar como ingredientes fundamentales: habilidad, flexibilidad, relax, control de sí mismo y del compañero, atención para recordar lo estudiado y ponerlo en práctica, memoria para «archivar» los fallos detectados y la posterior corrección, y en último lugar, esfuerzo físico.  No se debe olvidar nunca que en el Randori no hay vencedor ni vencido y que es el mejor momento para someter nuestro Judo al mejor banco de pruebas. 
 
  En un principio es recomendable hacer Randori sólo levantando a nuestro compañero. Ello nos va a permitir hacer la entrada de una técnica con la suficiente velocidad y eficacia sin temor de hacer daño a nuestro compañero. Más adelante, y siempre con máximo control, podemos terminar la proyección.

  No obstante, es aconsejable que siempre que se empiece el estudio de una técnica nueva, y hasta lograr el máximo de equilibrio y control, se haga Randori sólo levantando, sin tirar. También es muy recomendable como ejercicio hacer Randori sin la chaqueta del Judogui. Con ello aumentaremos la dificultad y nos veremos obligados a emplear más la cabeza y el ingenio que la fuerza bruta.  Esto nos va a facilitar el encontrar el momento de máximo desequilibrio de uke y, por tanto, el momento más eficaz para lanzar nuestro ataque.

  El Randori sin chaqueta aumenta la dificultad de la práctica libre y agudiza la atención de los Judokas, obligándoles a buscar el máximo desequilibrio del compañero. Sólo levantando, sin tirar, es un buen ejercicio que va a obligar a tori a controlar su fuerza, a la vez que le permite dosificar la violencia de la entrada de la técnica.  El Randori no es un «ballet», sino un ejercicio completo en el que ambos deportistas progresan.

                                                  Randori de acuerdo al compañero

   El Randori es una práctica real donde se realizan simultáneamente movimientos de ataque y defensa y es la práctica central en el Judo. Por ello, se le dedica el mayor tiempo a esta práctica y es donde ocurren la mayoría de los casos de lesiones y accidentes. Por tanto, lo importante desde el punto de vista de evitar lesiones y accidentes es tratar de realizar las prácticas de Randori de acuerdo al objetivo y al compañero.

Ejemplo de 3 modalidades de Randori, de acuerdo al compañero:

Caso de un compañero de mayor nivel técnico

  Pensando que lo lógico es que lo derriben, debe luchar sin estirar los brazos ni doblar la cadera, atacar constantemente sin realizar movimientos forzados y asimilar el kuzushi, el tai-sabaki, la forma de aplicar las técnicas y los ukemis, siendo derribado por el compañero.

Caso de un compañero de un mismo nivel

  Sin pensar demasiado en el ganador, se debe practicar aplicando a fondo la mejor técnica de ataque y defensa.

Caso de un compañero de menor nivel

  Contemplando el nivel técnico del compañero, se le debe estimular facilitándole la aplicación de las técnicas y dejándose caer. A su vez, uno debe tratar de aprovechar la práctica para perfeccionar la aplicación de sus técnicas con un correcto kuzushi y tai-sabaki.

                                                             La práctica del Randori

En la práctica del Randori se deben tener presentes algunos aspectos fundamentales:

1. - La posición del cuerpo debe ser generalmente Shizen-tai, no debe adoptarse una postura defensiva. Shizen-tai facilita el desarrollo del Randori al ser la postura que menos cansa, la que más movilidad nos permite y la que más facilita el trabajo de nuestro compañero de prácticas.

2. – Cambiar de compañero de práctica con frecuencia. El Randori no debe ser una práctica pre-establecida, sino abierta a la incertidumbre. Si siempre se practica con los mismos compañeros se terminarán conociendo sus acciones y éste no es el objetivo del Randori.

3. – En el Randori ambos contendientes deben intentar llevar la iniciativa, llevar la iniciativa es una actitud participativa. En el Randori debe primar la actitud ofensiva sobre la defensiva. Un ataque siempre es creativo.

4. – La defensa se debe realizar mediante tai-sabaki, nunca a través de resistencia. El tai-sabaki se facilita manteniendo en todo momento la postura natural (shizen-tai). Con este aspecto se consigue el progreso en Judo, además de evitarse el riesgo de lesión.

5. - Cualquier ataque bien ejecutado ante el que no se ha podido reaccionar, mediante el tai-sabaki debe ser aceptado mediante una buena caída.

6. - El dinamismo durante el Randori (movilidad, sucesión de ataques, tai-sabaki, combinaciones, encadenamientos, cambios en el agarre, caídas frecuentes de ambos contendientes, experimentar técnicas nuevas, etc.) facilita la continua sucesión de situaciones ante las que decidir que hacer para ambos contendientes, lo que influye que sea un medio para el progreso conjunto. Contribuir al dinamismo del Randori es contribuir a una práctica de mejora mutua. Este dinamismo debe respetar el espacio de práctica de los demás practicantes.

7. - El objetivo del Randori no es que no nos apliquen una técnica o las menos posibles, sino que entre ambos contendientes, dentro de una situación real de combate, se apliquen el mayor número de técnicas bien ejecutadas. No olvidemos que esa es la idea del Randori, aplicar los principios y técnicas del Judo. Si en un Randori no son aplicados ni los principios ni las técnicas del Judo no es un Randori. En Randori no se debe cometer el error de valorar una técnica aplicada sobre un compañero como una victoria sobre él.

8. - El Randori al igual que el kata, debemos comprenderlo como un proceso, no como un resultado. Para valorar los resultados existe otra forma de práctica, que es el shiai (competición).


En palabras de Jigoro Kano:
 
"La razón de las prácticas erróneas que se han planteado hoy en día es que las personas han olvidado que la práctica del Randori significa luchar en serio. Si uno lucha en serio, una postura que baje las caderas, separe las piernas, e incline su cabeza hacia delante es sumamente desventajosa. Tanto su cara como su pecho son vulnerables a un golpe del oponente. También es difícil actuar rápidamente para esquivar el ataque del oponente. El golpe (atemi) no se utiliza en la práctica cotidiana del Randori sólo porque es peligroso, pero se tiene que practicar, sin embargo, con la expectativa de que tu oponente puede atacar utilizando golpes en cualquier momento.

El hecho de no prestar suficiente atención a esto es la causa de los errores actuales. Por lo tanto, debe esforzarse en la medida de lo posible por mantener una postura natural, sin que el cuerpo se tense, en particular los brazos y las piernas, y el resto del cuerpo muy relajado para poder moverse libremente. En algunos casos, es aceptable adoptar una postura defensiva, pero sólo temporalmente, una postura natural se debe mantener siempre que sea posible".



sábado, 1 de diciembre de 2012

SHIN - Espíritu de lucha: nunca te rindas

  El Judo es un deporte de combate. Es un arte marcial destinado a derrotar al oponente. Otros propósitos del Judo implican el desarrollo de la fuerza física y el espíritu mental. Pero cuando nos enfrentamos a un oponente, nunca debemos olvidar el aspecto combativo de nuestro deporte. Cuando luchas contra un oponente buscas lanzarlo a la colchoneta para lograr la victoria. Al mismo tiempo, hay que pelear contra uno mismo.

   Si crees que tu oponente es más fuerte que tú y te domina el nerviosismo, o si estás en una posición difícil y sientes que deberías rendirte, entonces para ti será imposible ganar. No tienes que renunciar al combate hasta el último segundo, no importa lo fuerte que sea tu oponente. Debes tener un espíritu de lucha tal que te inste a atacar y atacar de nuevo hasta el final. El espíritu de lucha, dicho simplemente, es la primera cosa que un Judoka necesita.

   Por supuesto, no puedo negar que es posible que sientas ansiedad o intranquilidad antes de un combate. Sentimientos como "No me gusta perder", "Sólo quiero salir corriendo", o "estoy asustado" siempre se sienten en cierto grado. También se experimenta la soledad. Pero lo importante en estos momentos no es dejar de tener miedo a la soledad y dejar de sentir ansiedad o debilidad de voluntad, sino abordar estos sentimientos con un espíritu de lucha feroz y enfrentarte a tu oponente con intención de derrotarlo.
 

Yo experimenté la ansiedad y la superé cuando participé en mi primer torneo nacional de Judo.

   Fue en 1959. Yo cursaba mi último año en la Universidad de Tokio y no era un Judoka conocido. Además, yo era el hombre más pequeño del torneo, pesaba sólo 83 kilogramos y medía 173 centímetros de altura. En esos días, existía la creencia de que ningún recién llegado podría ganar el torneo. Mi oponente en mi primer combate preliminar fue Yuzo Oda, un gigante de 193 centímetros de altura y un peso de más de 100 kilogramos. Oda había sido promocionado como un seguro ganador del torneo, nadie creía que yo tuviera alguna posibilidad de derrotarlo.

  Antes de luchar con Oda estuve mucho tiempo sumido en mis pensamientos. Después de considerarlo bien, decidí que la mejor estrategia sería la de atacar todo el tiempo una y otra vez, sin descanso. Mi idea era la de luchar a "vida o muerte", y tenía la esperanza de descubrir una forma de ganar yendo a la ofensiva, como se sugiere en el antiguo dicho de Japón: "Atacar es la mejor defensa".

   Para llevar a cabo esta estrategia era necesario para mí tener la energía suficiente para poder continuar con mis ataques, así como el espíritu de lucha necesario que me permitiera generar tal resistencia. Por naturaleza, no me gustaba nada ser derrotado, y como había desarrollado mi resistencia durante las sesiones de práctica, ataqué a Oda sin miedo. Como resultado de ello mi estrategia resultó exitosa, y después de luchar durante todo el tiempo gané el encuentro por Yusei-gachi (decisión del juez). Esta fue una victoria muy importante para mí y significó el primer paso hacia la madurez de mi Judo. Además, a partir de esa victoria, mi confianza aumentó considerablemente en lo que respecta a mi idea de que siempre hay que ir a la ofensiva en Judo.

   Después de ganar mi primer combate con Oda, gané todos mis encuentros hasta la final. Y después de vencer a mi oponente en la semifinal, la confianza en mi Judo aumentó aún más. Mi oponente en la final fue Akio Kaminaga, otro hombre que el público pensaba que tenía una buena oportunidad de ganar el torneo. También él había ganado todos sus combates hasta la final.

   En el momento de mi combate con Kaminaga, toda mi energía se había agotado y estaba descansando en el vestuario en un estado lamentable, murmurando palabras en el sentido de no poder ganar. Al oír estas palabras, Watanabe sensei me regañó severamente. Alentado por sus palabras salí al Tatami de competición. Mi encuentro con Kaminaga comenzó con él en una posición dominante, pero a falta de un minuto antes del final volví a centrarme en el combate.

   Me dije a mí mismo, tengo que atacarle con mi Ippon seoi nage antes de se acabe el tiempo. Tan pronto como me agarró Kaminaga le empujé hacia atrás para conseguir romper su postura. Hasta entonces, Kaminaga había frustrado todos mis intentos. Pero esta vez, cuando le empujé hacia atrás, él se movió hacia adelante junto con mi empuje, tomando ventaja de esto ataqué con todas mis fuerzas. El estadio estaba abarrotado, y después de unos instantes el árbitro principal declaró Waza-ari por mi Seoi-nage. Así me las arreglé para remontar desde abajo y ganar el título del torneo nacional de Japón.

   Mi victoria fue el resultado de no darme nunca por vencido hasta el final. Hay algunos Judokas que son muy fuertes durante las sesiones de práctica, pero que no cumplen con sus expectativas en las competiciones. También hay Judokas que en una competición no pueden ejecutar las técnicas que dominan a la perfección en los entrenamientos. El problema radica en la actitud de estos hombres antes de comenzar el combate: se derrotan a ellos mismos antes de entrar en el Tatami. Sólo usando toda tu energía y espíritu hasta el último momento se puede ganar un combate. Estoy más seguro de esto cada vez que veo a Yasuhiro Yamashita.

   Yamashita es uno de mis protegidos. Él es también el que batió mi récord como el Judoka más joven en ganar el torneo nacional de Judo. Yamashita no sólo es un gran hombre, también es un luchador que le gusta entrenar muy duro. Durante la Copa Jigoro Kano, torneo Internacional de Judo celebrado en el Nippon Budokan (Tokio) en noviembre de 1978, Yamashita desplegó un espíritu de lucha tan grande que simplemente abrumó a sus oponentes en su camino por ganar el título de peso Open. Los combates de categoría abierta se llevaron a cabo en el cuarto y último día del torneo. Aparte de Yamashita, los participantes fueron Novikov de la Unión Soviética, ganador del título de peso abierto en los Juegos Olímpicos de Montreal, Rouge (Francia), Adler (Países Bajos), y otros Judokas de alto nivel de todo el mundo.

   En su segundo combate, Yamashita se enfrentó con el gigante ruso Turín. Yamashita tuvo dificultades para conseguir que sus técnicas causaran efecto, debido a que Turín tomó fuertes posiciones defensivas. Yamashita fue derribado y eso le costó un Koka cuando Turín respondió con una técnica después de que Yamashita atacara. Los espectadores de la sala se quedaron sin aliento cuando el Koka fue marcado y todo el mundo pensaba que el aparentemente invencible Yamashita sería derrotado. Pero Yamashita redobló sus ataques en contra de Turín, que mantuvo su defensa con sus largos brazos. Unos segundos antes de que el combate terminara, Yamashita atacó con O-uchi gari para conseguir un Yuko y alzarse con la victoria.

   En la gran final, Yamashita se enfrentó a Rouge de Francia, y aunque las técnicas de los dos hombres eran ineficaces, estaba claro que Yamashita fue el más agresivo y que el combate estaba a su favor. Sin embargo, Yamashita continuó su ataque implacable contra Rouge y justo antes del final del combate lo proyectó con O-soto gari para conseguir un Yuko y llevarse el título. Fue una estrategia brillante por parte de Yamashita.

   En el espíritu de un deporte de combate uno no se da por vencido hasta el final y mantiene una actitud ofensiva sin cuartel contra el oponente. Ten siempre una actitud audaz, ve siempre hacia adelante y enfrenta tus miedos. No importa cuál sea la situación, siempre que tengas un espíritu de lucha fuerte y el deseo de ganar, encontrarás una manera de conseguir la victoria.

Isao Inokuma (1938-2001)