El mejor uso de la energía mental
y física o Máxima eficacia con el mínimo esfuerzo es la base del Judo, ya que
su significado es «emplear la
técnica y no la fuerza bruta». Esta fórmula, o
sea «el mejor
empleo de la energía», queda circunscrita a dos elementos, a
saber: Esfuerzo y Eficacia. El Esfuerzo es la causa, y la Eficacia la
consecuencia, el efecto. Mínimo y máximo de intensidad.
Partiendo de estos elementos básicos, se pueden establecer las siguientes fórmulas, combinando el orden del modo siguiente:
Mínimo de esfuerzo = Mínimo de eficacia
Máximo de esfuerzo = Máximo de eficacia
Máximo de esfuerzo = Mínimo de eficacia
Mínimo de esfuerzo = Máximo de eficacia
Las fórmulas primera y segunda, parecen las
más lógicas. La primera es propia de los gandules, los temerosos o los seres
débiles; en efecto, el miedo, la debilidad, la falta de confianza en sí mismo,
impiden la acción eficaz y la frenan. El esfuerzo al ser insignificante o estar
mal dirigido, no puede dar resultados positivos.
El segundo enunciado está integrado por los
fuertes, los violentos, los que se mueven por el incentivo del lucro, los que
poseen un espíritu de dominación; la necesidad de imponerse hace que los
partidarios de esta fórmula se empleen a fondo, arremetiendo contra los
obstáculos con inusitado impulso, barriéndolos y derribándolos sin economizar
esfuerzos ni pesares, logrando unos resultados casi siempre a la medida al
esfuerzo empleado, mas con el gran inconveniente de que dejan al vencedor
totalmente exhausto y, en ocasiones, incapaz de aprovecharse de la victoria.
Por tanto, es raro que al encontrarse con un adversario incluido en este grupo,
se pueda salir ileso del combate.
Es evidente que de las cuatro fórmulas, la
tercera es la peor y, por desgracia la más generalizada. Muchos practicantes de
Judo y también muchas personas en su vida, se esfuerzan sin resultado, malgastando
una gran cantidad de energía para conseguir resultados mínimos.
Llegamos, finalmente, a la cuarta
formulación, la Vía de la agilidad, que exige mucho más que las otras tres.
Aquí entra en juego la inteligencia en las mismas proporciones que la fuerza,
el coraje, el valor, el ímpetu, la tenacidad y la paciencia. El mínimo de
Esfuerzo no supone pereza, descuido o abandono sino todo lo contrario, ya que
el entrenamiento es largo y penoso, tanto en el aspecto físico como en el
mental.
El secreto está en ahorrar energías. Debido
a que nadie puede estar seguro del porvenir, las cosas mejor calculadas pueden
salir mal y nadie puede estar seguro de que mañana saldrá todo como se planeó.
Hay que saber economizar fuerzas para proseguir el combate en caso de que el
mismo se alargue más de lo previsto y estar en condiciones de hacer frente a
cualquier imprevisto. Y para lograr esto, es indispensable ahorrar energía y
utilizar un mínimo de esfuerzo. Esta es una de las finalidades del Judo, su
diríamos aspecto espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario