lunes, 25 de abril de 2011

GI - Atemi-waza: hiji-ate (golpe de codo)

  Hiji-ate significa golpe de codo y es una técnica de Atemi que encontramos dentro del Kime-no-kata y el Kime-shiki y, como su nombre indica, es una técnica de percusión realizada con el codo. El codo, dentro de un alcance de ejecución reducido, resulta una de las armas del cuerpo más contundentes, tanto por la potencia que desarrolla como por la dureza del área utilizada. 

En todas sus variantes es necesario una gran exactitud, pues un pequeño desplazamiento del centro de gravedad, o el intentar dar mayor alcance al ataque, hace que pierda eficacia. Por ello, es necesario concentrar la fuerza en el momento oportuno y ayudarse del brazo contrario si fuera necesario. Los ataques se acompañan casi siempre con un desplazamiento de la cadera en el mismo sentido y manteniendo el tronco vertical.

  Los Atemi de codo son siempre muy potentes y con efectos particularmente devastadores. Esto es debido a que al encontrarse muy cerca del tronco aprovecha la masa de este último añadiéndola a la acción del gesto técnico. El resultado es que no solo se va a golpear con la fuerza del brazo, sino con todo (o casi todo) el peso del cuerpo de Tori. En hiji-ate la parte que se emplea para golpear es la "punta" del codo y esto aumenta la precisión del golpe, y concentra toda la energía del impacto sobre una superficie pequeña aumentando su intensidad. En Judo el principal objetivo del cuerpo para ser golpeado con el codo es el "Suigetsu", que corresponde a la boca del estómago o plexo solar

martes, 12 de abril de 2011

TAI - El Judo y la ciencia: leyes de Newton 2 ª parte

  Las Leyes de Newton, también conocidas como Leyes del movimiento de Newton, son tres principios a partir de los cuales se explican la mayor parte de los problemas planteados por la dinámica, en particular aquellos relativos al movimiento de los cuerpos. Debemos el conocimiento de las leyes de la inercia al matemático y astrónomo inglés Isaac Newton (1643-1727), que descubrió los efectos de la tendencia de los cuerpos en movimiento a continuar moviéndose en línea recta siempre que no sean obstaculizados por otra fuerza.

  Podemos tener la idea errónea de que la fuerza no es necesaria en el Judo, sobre todo cuando vemos a un instructor de sesenta años de edad, lanzando a hombres jóvenes y fuertes aparentemente sin esfuerzo. Las leyes de la dinámica, sin embargo, niegan esta ilusión. Un cuerpo comienza a moverse sólo cuando una fuerza externa actúa sobre él. El cuerpo humano es una entidad física, por lo tanto, si queremos romper la postura de nuestro oponente y hacerle caer al suelo o inmovilizarlo en la estera debemos aplicar la fuerza apropiada para conseguirlo.

Segunda ley del movimiento

"Si aplicamos sobre la masa de un cuerpo en movimiento una fuerza en la misma dirección y sentido, dicho cuerpo sufrirá una aceleración"

  Newton afirma en la segunda ley del movimiento que cuando una fuerza actúa sobre una masa, la masa adquiere una cierta aceleración proporcional a y en la dirección de la fuerza que actúa sobre ella y que la aceleración es inversamente proporcional a la magnitud de la masa. La ley puede ser fácilmente entendida por medio del siguiente experimento.

  Supongamos que hay dos bolas colocadas en el suelo. Uno está hecha de hierro y la otra de madera. Ahora vamos a hacer rodar las bolas al mismo tiempo mediante la aplicación de dos fuerzas de igual magnitud y dirección. La bola de madera va más allá que la bola de hierro, porque su velocidad es mayor. Repetimos el experimento de nuevo, pero esta vez ejerciendo una fuerza más grande que antes y veremos como la bola de madera rodará proporcionalmente más lejos y más rápido que la de hierro.

   Ahora vamos a ver cómo funciona esta ley en el Judo. Todos sabemos que si ejercemos una fuerza sobre nuestro oponente, y su peso es inferior al nuestro, podremos hacer que se mueva o podremos proyectarle con relativa facilidad. Por otro lado, si es más pesado que nosotros, tendremos más dificultad para moverle y romper su postura. En cambio si conseguimos proyectar a un oponente más grande y pesado, éste caerá más rápido y más fuerte a la lona. Si el oponente más pesado proyecta su cuerpo contra el nuestro para empujarnos hacia atrás, más difícil será para nosotros poder detener el movimiento de su cuerpo antes de que él aplique su lanzamiento.

   Estos fenómenos se deben a la segunda ley del movimiento. Esta es la ley que nos muestra por qué un hombre grande tiene "ventaja" sobre un hombre pequeño en combate.







martes, 5 de abril de 2011

SHIN - Las puertas del cielo y del infierno

Un general llamado Nobushige fue a ver a Hakuin, y preguntó: «¿Existe realmente un paraíso y un infierno?»

«¿Quién eres tú?», preguntó Hakuin.

«Soy un general», respondió el guerrero.

«Tú, ¿un general?», exclamó Hakuin. «¿Qué clase de gobernante te aceptaría como su general? ¡Tu cara parece la de un pordiosero!».

Nobushige se enfadó tanto que comenzó a sacar su espada, pero Hakuin continuó:
«¡Así que tienes una espada!, tu arma probablemente sea demasiado burda para cortar mi cabeza».

Mientras Nobushige sacaba su espada, Hakuin remarcó: «¡Aquí se abren las puertas del infierno y del sufrimiento!».

Ante estas palabras, el general, comprendiendo al maestro, envainó su espada e hizo una reverencia.

«¡Aquí se abren las puertas del paraíso y de la felicidad!», dijo Hakuin.