Con respecto a lo que se debe decir a aquellos que practican el judo en el dojo, que es por supuesto un tema muy vasto, aquí me limitaré a dos puntos de discusión.
El primero se refiere a la actitud durante la práctica del randori. En la práctica cotidiana del randori, la lucha contra otra persona no es el propósito real de la práctica del judo. Por supuesto, es interesante luchar para ver quién ganará, eso se hace con frecuencia. Ni que decir tiene que situarse en condiciones de vencer a alguien es una de las metas fundamentales de la práctica del randori. Sin embargo, es obvio que existe una diferencia entre ser capaz de vencer a alguien en el futuro y estar obsesionado con vencer a alguien ahora.
El primero se refiere a la actitud durante la práctica del randori. En la práctica cotidiana del randori, la lucha contra otra persona no es el propósito real de la práctica del judo. Por supuesto, es interesante luchar para ver quién ganará, eso se hace con frecuencia. Ni que decir tiene que situarse en condiciones de vencer a alguien es una de las metas fundamentales de la práctica del randori. Sin embargo, es obvio que existe una diferencia entre ser capaz de vencer a alguien en el futuro y estar obsesionado con vencer a alguien ahora.
Para derrotar a alguien ahora, es más fácil para los que son fuertes utilizar esa fuerza para vencer a otra persona. Sin embargo, con este método, si se encuentra con un adversario que es mucho más fuerte que usted, naturalmente perderá. Así que, incluso si pierde durante algún tiempo, la correcta práctica del randori consiste en aprender a evitar con destreza al oponente y adaptarse a su fuerza, causándole la perdida de equilibrio mientras se toma un poco de tiempo y luego aprovechar esa oportunidad para llevar a cabo una técnica. Si usted hace este tipo de entreno, al principio es inevitable que por un tiempo sea inmovilizado o su brazo sea retorcido, o usted sea empujado por su oponente. Pero si no lo hace con frecuencia, nunca aprenderá cómo derrotar a un oponente más fuerte.
Éste es sólo un ejemplo. Para dar otro ejemplo, entre mis primeros alumnos, hubo uno en particular que destacó, fue un joven llamado Shiro Saigo*. Él fue uno de los que era proyectado con más frecuencia durante los entrenamientos. Luego aprendió a esquivar y lo que debía hacer después de haber sido proyectado, por lo que, al final, había superado su preocupación por ser lanzado. La mayoría de la gente ataca a su oponente con temor a ser lanzados. Saigo no consideró que sucedería en caso de que lo lanzaran. Porque él fue a la ofensiva durante sus combates, su rival se puso a la defensiva y debilitó sus ataques, y Saigo fue capaz de usar su técnica como le gustaba.
He creado el término zenshu wa zenko ni shikazu ("el ataque es la mejor defensa"), que a menudo aconsejo a la gente. En la práctica, si piensa sólo en ganar desde el principio, usted nunca será capaz de hacerlo. Con el fin de desarrollar la fuerza necesaria para ganar algún día, usted debe estar satisfecho con ser derrotado durante un tiempo. E incluso si usted está en riesgo de perder, hay que tomar la ofensiva, probar diversas técnicas, y entrenar duro. Si práctica con esta idea en mente, ya no practicará utilizando una posición limitada en una sola dirección, ni bajando más sus caderas o agachándose hacia adelante en una posición defensiva, como veo demasiado a menudo en estos días.
Jigoro Kano (1860 - 1938)
* Shirō Saigō (西郷 四郎 1866 - 1922) fue un judoka japonés cuyo aporte fue fundamental en la difusión del judo en sus primeros tiempos.
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