«Hacer que los ejércitos sean capaces de combatir contra los adversarios sin ser derrotados es una cuestión de emplear métodos directos e indirectos.»
En Judo es muy importante tener un buen repertorio de técnicas mayores y menores, dominar dichas técnicas de forma ortodoxa pero también desde distintas posturas y agarres para poder atacar con diferentes métodos de entrada y ángulos de ataque inesperados, de manera que todas estas técnicas se complementen muy bien unas con otras. De esta forma, podemos ganar utilizando ataques sorpresa coordinados por todas partes.
«Que el impacto de las tropas sea como piedras arrojadas sobre huevos es una cuestión de lleno y de vacío.»
Hay que atacar el punto más débil con toda nuestra fuerza. Atacar el punto más débil con lo más fuerte es como arrojar piedras sobre huevos; con toda seguridad, los huevos se romperán.
«En la batalla, la confrontación se hace directamente, la victoria se consigue mediante la sorpresa.»
La confrontación directa consiste en enfrentarse a los adversarios directamente, mientras que la victoria se consigue utilizando ataques sorpresivos e inesperados. Un ejemplo serían las combinaciones, encadenamientos, amagos, fintas, etc.
«En la batalla solo hay dos métodos de ataque, el directo y el indirecto: y, sin embargo, estos dos métodos combinados dan lugar a una serie interminable de maniobras.»
Combinar los métodos de ataque directos e indirectos da lugar a una creatividad sin límites en combate. Es como un círculo, que no tiene principio ni fin.
«Cuando el agua del torrente arrastra las rocas es gracias a su fuerza. Si el halcón destroza el cuerpo de su presa, es porque ataca en el momento preciso.»
En un Judoka completo, la inteligencia y la fuerza han de complementarse muy bien de forma que ambas sean como una ballesta tensa controlada por el disparador. Por ello, el buen luchador será terrible en su acometida y rápido en su decisión. La fuerza sin control no sirve para nada.
«El desorden brota del orden, la cobardía surge del valor, la debilidad proviene de la fuerza.»
Si uno quiere fingir desorden, cobardía y debilidad para atraer al enemigo, primero hay que ser extremadamente disciplinado, valiente y fuerte, porque solo entonces puedes fingir ser lo que no eres.
«Los que quieren provocar un movimiento del enemigo crean una situación en la que éste tenga que adaptarse; lo atraen con el señuelo de una presa fácil y seduciéndole con una ventaja aparente lo atraen hacia el grueso de sus fuerzas.»
Como se ha dicho en capítulos anteriores, las Artes Marciales se basan en el engaño.
«Los troncos y las rocas permanecen inmóviles cuando están en un lugar plano, pero ruedan cuando están en un plano inclinado. Si son cuadradas, se detienen; si son redondas, ruedan.»
La victoria no solo depende de las buenas condiciones del Judoka, sino también de las circunstancias a las que deba enfrentarse.
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