Un viejo maestro japonés de Ju-jutsu decidió poner a prueba las capacidades de sus tres discípulos más antiguos para decidir quien sería su sucesor al frente del Dojo.
Primero llamó a su habitación a su primer discípulo, Shiro. Cuando éste abrió la puerta empujándola suavemente, notó algo extraño, retrocedió rápidamente y, tras unos instantes, se sentó en Seiza e hizo una profunda reverencia a su maestro que se ocultaba tras la puerta dispuesto para atacarle.
El viejo maestro llamó entonces a su segundo discípulo, Goro. Cuando el desprevenido Goro abrió la puerta empujándola, el maestro atacó, pero Goro esquivó el ataque con rapidez con un hábil Tai-sabaki y, a continuación, se arrodilló frente a su maestro haciendo una reverencia.
Luego llamó a su tercer discípulo, Chikara. Cuando Chikara, que superaba con mucho a sus dos compañeros en capacidad técnica, abrió la puerta empujándola con energía, el maestro cayó sobre él y le agarró por el cuello. Con una acción refleja, Chikara proyectó al maestro y, furioso, estuvo a punto de golpearle con un Atemi. Tras el "shock", Chikara se arrodilló avergonzado ante su maestro y se inclinó ante él.
El maestro dijo a sus discípulos: Shiro, has de ser tú quien transmita nuestro estilo de Ju-jutsu. Goro, si haces un gran esfuerzo y no abandonas, es posible que algún día llegues al nivel de tu hermano. Chikara, en el futuro seguramente provocarás la ruina de este Dojo y deshonrarás el nombre de tu maestro. Es inadmisible que alguien tan imprudente como tú dirija esta escuela. Y con esto repudió a Chikara.
Primero llamó a su habitación a su primer discípulo, Shiro. Cuando éste abrió la puerta empujándola suavemente, notó algo extraño, retrocedió rápidamente y, tras unos instantes, se sentó en Seiza e hizo una profunda reverencia a su maestro que se ocultaba tras la puerta dispuesto para atacarle.
El viejo maestro llamó entonces a su segundo discípulo, Goro. Cuando el desprevenido Goro abrió la puerta empujándola, el maestro atacó, pero Goro esquivó el ataque con rapidez con un hábil Tai-sabaki y, a continuación, se arrodilló frente a su maestro haciendo una reverencia.
Luego llamó a su tercer discípulo, Chikara. Cuando Chikara, que superaba con mucho a sus dos compañeros en capacidad técnica, abrió la puerta empujándola con energía, el maestro cayó sobre él y le agarró por el cuello. Con una acción refleja, Chikara proyectó al maestro y, furioso, estuvo a punto de golpearle con un Atemi. Tras el "shock", Chikara se arrodilló avergonzado ante su maestro y se inclinó ante él.
El maestro dijo a sus discípulos: Shiro, has de ser tú quien transmita nuestro estilo de Ju-jutsu. Goro, si haces un gran esfuerzo y no abandonas, es posible que algún día llegues al nivel de tu hermano. Chikara, en el futuro seguramente provocarás la ruina de este Dojo y deshonrarás el nombre de tu maestro. Es inadmisible que alguien tan imprudente como tú dirija esta escuela. Y con esto repudió a Chikara.
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