No cabe duda que, junto a la superficie de impacto y la velocidad, el
tercer factor fundamental para la eficacia de un Atemi es la dureza del arma
empleada. Está demostrado que cuanto más dura sea la superficie del golpe, más
eficaz será la percusión; por ello los golpes con las manos, los codos y los
pies no resultarán totalmente eficaces sino después de un prolongado
adiestramiento a fin de endurecerlos al máximo. Para ello, el Judo cuenta con métodos
de endurecimiento propios de características similares a los del Karatedo.
Estos métodos capacitarán al estudiante para lograr una mejor técnica y
endurecer los puntos de impacto. Los golpes deben ser bruscos, cortos y
rápidos, repetidos muchas veces, sin ejercer una fuerza excesiva con los
músculos del brazo o pierna, contraídos en el momento del impacto. Para evitar
lesiones innecesarias, es importante no olvidar que hay que entrenarse
regularmente, de forma progresiva y con sentido común.
Endurecimiento de dedos y palma de la mano
Primer ejercicio: Golpe con
las yemas de los dedos de una mano contra la base de la palma de la otra mano.
De esta forma, cada mano realiza un golpe distinto y recíproco, es decir, el de
los dedos y el de la palma.
Segundo ejercicio: Golpe del
borde de la mano (base del pulgar) contra el ligamento del pulgar y del dedo
índice. Como en el caso precedente, este movimiento permite el ejercicio de dos
golpes simultáneos.
Tercer ejercicio: Golpe de los
bordes uno contra el otro, tal y como se muestra en el diagrama, los codos frente
al abdomen. Por último, hay que entrenarse con el borde de la mano, progresivamente,
golpeando contra arena, una tabla, una pared, etc.
Cuarto ejercicio: Golpe de las
bases de las palmas, una contra otra.
Quinto ejercicio: Oposición de
las yemas de los dedos, que deben separarse todo lo posible, y luego unirse
lentamente, empujándose unos a otros.
Sexto ejercicio: Flexiones
repetidas con las manos apoyadas en el suelo, no sobre las palmas, sino sobre
las yemas de los dedos.
Endurecimiento de puño y falanges
Los golpes de puño deben
aplicarse en combinación con un movimiento, de torsión de la muñeca hacia
dentro. Los puntos de impacto se endurecen
entrenándose sobre una tabla, que al principio se cubrirá con una tela, y
más tarde golpeando directamente sobre la macera. Hay casos en los que el
alumno termina por entrenarse golpeando sobre ladrillos o piedra.
Pero no todo se reduce a endurecer a los puntos de impacto. También hay
que practicar todos los ejercicios que ayudan a desarrollar la muñeca. Aparte
de los varios movimientos que pueden hacerse con pesas, poleas, gomas, pelotas
de caucho e incluso papel, pueden practicarse ventajosamente los tres
ejercicios siguientes:
Primer ejercicio: El cubital o
borde del dedo meñique de un puño se apoya sobre el radial o borde del pulgar
del otro puño en oposición. Poco a poco se comienza a ejercer presión firme con
un puño sobre otro, hasta que ambos puños tocan el cuerpo. Luego se hará
presión con el otro puño, para que ambos sigan, a continuación, una trayectoria
opuesta.
Segundo movimiento: Completa y
muy fuerte rotación del puño, bien contraído, alrededor de la muñeca, en una
dirección y luego hacia la opuesta.
Tercer movimiento: Endurecimiento
de la eminencia hipotenar o músculos que ocupan el lado medio del dedo meñique,
uno contra el otro, tal y como se muestra en los métodos de entrenar los dedos
y las palma, pero esta vez con los puños cerrados.
Endurecimiento de los pies
La planta del pie y el talón se adiestran golpeando superficies más
duras; la parte superior del pie golpeando superficies más blandas, como un
saco.
El golpe se realiza levantando la rodilla y descargando el pie. Una vez
levantada la rodilla, el pie debe partir de manera instantánea. Este modo de
golpear adquiere bien pronto, gracias al adiestramiento, una rapidez
fulminante.
El adiestramiento de los pies se
hace primero con éstos desnudos y luego calzados.
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