"El hombre en su nacimiento es flexible y blando, pero en la muerte es rígido y duro. Por lo tanto, igual que la flexibilidad y la suavidad acompañan a la vida, la rigidez y la dureza acompañan a la muerte."
Acabo de leer la filosofía de la fuerza de la flexibilidad de Lao-tzu. Es extraño, pienso, cómo el hombre Occidental no se da cuenta de que la flexibilidad es la verdadera fuerza. Una de las analogías favoritas del viejo Lao-tzu era la del agua. Habló del agua como la más débil de todas las cosas que hay en el mundo y, sin embargo, no hay nada que pueda compararse con ella a la hora de superar lo que es duro y fuerte. Usted puede cortar el agua con un cuchillo. El agua permite que el cuchillo corte a derecha e izquierda, pero cuando la cuchilla se ha retirado, no queda ni siquiera el rastro de una herida.
Lao-tzu también dijo que, aunque usted sea un hombre, debe mantener cierta esencia del elemento femenino y convertirse en un canal para el mundo entero. El ideal del hombre cien por cien tipo duro, rígido, resistente y con músculos como rocas es realmente una debilidad. Probablemente asumimos este tipo de exterior resistente como una concha dura para protegernos desde fuera del miedo de nuestra propia debilidad interior. ¿Qué sucedería si un ingeniero construyera un puente completamente rígido? Si, por ejemplo, el puente Golden Gate o el puente George Washington no se mecieran por el viento, si no cedieran, naturalmente se vendrían abajo. Por eso, puede estar seguro de que cuando un hombre se muestra duro y pretende ser cien por cien hombre pone en duda su hombría. Pero si este hombre se muestra suave y flexible, entonces este hombre se permite tener la que realmente es la verdadera fuerza, no sólo de los seres humanos, sino de todos los seres vivos.
Es precisamente la filosofía de la fuerza de la debilidad la que viajó desde China hasta Japón, a través de la migración del Budismo Zen, y que inspiró, en gran medida, una de las formas de autodefensa más sorprendentes conocida como Ju-jutsu, o quizás más popularmente como Judo.
La palabra Judo es fascinante porque JU significa "suave" y DO significa "camino". DO es la forma Japonesa de pronunciar el carácter Chino TAO, por lo tanto, el Judo es el Tao suave, la filosofía del Tao aplicada a la legítima defensa. Ahora bien, esta filosofía tiene varios componentes, una de las cosas más básicas de toda la práctica del Judo es la comprensión del equilibrio. El equilibrio, de hecho, es una idea fundamental en la filosofía taoísta. La filosofía del Tao tiene un respeto básico por el equilibrio de la naturaleza. Nunca se debe alterar ese equilibrio. Usted tiene que tratar de averiguar lo que es y estar deacuerdo con él. En otras palabras, debe evitar errores como la matanza de una plaga de insectos o la introducción de conejos* en un país como Australia sin pensar si el conejo tiene un enemigo natural, porque a través de dichas interferencias en el equilibrio de la naturaleza se pueden crear problemas. Por este motivo, la filosofía del equilibrio es lo primero que todos los estudiantes de Judo tienen que aprender.
Se puede ilustrar este principio utilizando una pelota. Dondequiera que uno empuja el balón éste cede y nunca pierde su equilibrio. Es la forma más segura del mundo; completamente centrada y nunca fuera de equilibrio. Estar completamente centrado y nunca estar fuera de equilibrio es lo que se pretende en el Zen. A veces esto también está simbolizado en la figura del legendario fundador del Zen, Bodhidharma. Los fabricantes de juguetes japoneses lo representan como una figura de juguete (muñeco Daruma), un poco rechoncha, ponderada de tal forma que aunque la desequilibres siempre vuelve a su posición original. De la misma manera el experto en Zen, así como el experto en Judo, debe ser un hombre que nunca se altere o desequilibre.
El experto en Judo nunca es llevado a un punto donde duda o vacila, donde hay un intervalo entre la acción de la vida y su respuesta a la misma. Ahora bien, si nos fijamos en los principios del Judo el problema del equilibrio es fácilmente demostrable con la simple cuestión de levantar un rollo pesado de material. Sería estúpido tratar de levantarlo desde la parte superior ya que eso demuestra incomprensión de las leyes del equilibrio. Si usted desea levantar algo, hágalo por debajo de su centro de gravedad. Coloque el hombro por debajo del mismo y levantará el peso con facilidad. Y ese principio funciona para todo el Judo. Parte de la comprensión del equilibrio en Judo es aprender a caminar de manera tal que nunca se encuentre fuera del centro. Es decir, que las piernas formen un triángulo y el centro de gravedad esté en el centro del mismo, y al girar intente siempre mantener sus pies aproximadamente bajo los hombros, de esta manera nunca estará fuera de equilibrio.
El segundo principio, aparte de mantener equilibrio y comprenderlo, es el de no oponerse a la fuerza con fuerza. Cuando uno es atacado por el enemigo no hay que oponerse a él. En vez de eso, hay que ceder a su fuerza, al igual que el matador de toros, y utilizar su fuerza y el principio de equilibrio para provocar la caída del enemigo. Supongamos, por ejemplo, que le lanzan un golpe en una determinada dirección. En lugar de parar el golpe, la idea del Judo es llevar el golpe más allá, cogiendo el adversario por debajo de su punto de equilibrio y hacerle caer con un movimiento causado por su propia iniciativa y su astucia. La misma actitud relajada de flexibilidad puede verse, por ejemplo, observando a los gatos. Cuando un gato cae de un árbol se vuelve completamente relajado y aterriza en el suelo con un ruido sordo. En cambio si un gato a punto de caerse de un árbol de repente tomara la decisión de no querer caer en absoluto y se pusiera tenso, no sería más que un saco de huesos rotos en el aterrizaje.
Por lo tanto, de la misma manera, la filosofía del Zen nos dice que de alguna manera todos estamos cayendo de un árbol. De hecho, en el momento de nuestro nacimiento nos arrojaron al precipicio de la vida y estamos cayendo desde entonces, y no hay nada que pueda detenerlo. Por lo tanto, en lugar de vivir en un estado de tensión crónica y aferrarnos a todo tipo de cosas que, en realidad, están cayendo con nosotros por el precipicio de la vida porque todo es impermanente, hay que ser como un gato.
Alan Watts (1915-1973)
* El conejo común (Oryctolagus cuniculus)
no es una especie nativa de Australia. En este continente no existían
los conejos hasta 1859, en que Thomas Austin, un propietario de amplios
terrenos en Nueva Gales del Sur, importó 6 parejas de Inglaterra para
disponer de piezas de caza en sus fincas. No
pensó que esta especie, al no ser autóctona, no poseía depredadores
naturales en el territorio. Esto, unido a la conocida capacidad
reproductiva de estos animales, hizo que se multiplicaran de forma
explosiva y causaran grandes problemas.