A continuación me gustaría hablar brevemente del
cultivo de los conocimientos y las buenas costumbres. Este es un tema
ampliamente debatido, pero no puedo necesariamente decir que todo el mundo haya puesto realmente
suficiente esfuerzo en el mismo. Como yo siempre mantengo, ya que el judo
deriva de las artes marciales del pasado, debe perpetuarse el espíritu de las
artes marciales. La lealtad, coraje, honor, y otras virtudes fueron destacadas
en las artes marciales del pasado, pero aún hoy siento profundamente su
importancia.
El deterioro moral de la sociedad hoy en día es principalmente el resultado de una incapacidad para hacer hincapié en estas virtudes. Así que creo que aquellos que practican el judo en particular, deben aplicarse en estos asuntos y restablecer hoy la descuidada moral pública.
El deterioro moral de la sociedad hoy en día es principalmente el resultado de una incapacidad para hacer hincapié en estas virtudes. Así que creo que aquellos que practican el judo en particular, deben aplicarse en estos asuntos y restablecer hoy la descuidada moral pública.
Sin embargo, no creo que aquellos que
practican el judo hoy sean muy diferentes a otros en este aspecto. Más bien, a
pesar del hecho de que son portadores de las tradiciones de las artes
marciales, algunas personas han criticado a los practicantes modernos, diciendo
que no ven nada particularmente especial en ellos. Esto es claramente porque
hoy en día a los practicantes de judo les falta la fuerza de voluntad necesaria
para llevar a cabo el espíritu de las artes marciales y de ejercer su deber de
mantener la moral pública. Espero por tanto, un gran esfuerzo en esta área.
Hay muchas oportunidades para el cultivo de los
conocimientos y de la moral en la práctica del kata y también durante el
entreno del randori. A menudo en las aulas hay instructivas conversaciones sobre
la moral que acaban en abstracto o resumen las historias de la gente de un
pasado lejano, por lo que no es probable que inspiren el oyente. Las lecciones
morales adquiridas a través del randori del judo se basan en hechos y son mucho
más propensas a causar impresión. Y puede decirse también que el hábito de la
observación, la capacidad de tomar decisiones con rapidez, y la capacidad de
permanecer en calma y resuelto, que se cultivan a través de los combates, son
valiosos resultados de la práctica del judo.
Estas habilidades, sin embargo, no
serán desarrolladas por el mero hecho de hacer kata o entrenar randori sin
ningún tipo de pensamiento. Estas habilidades se desarrollan naturalmente
cuando uno se ocupa en el pensamiento y la práctica de ellos a diario. Lo mismo
puede decirse de las otras capacidades que pueden desarrollarse a través de la
capacitación. Por lo tanto, precisamente por el entrenamiento y la creencia en
que se pueden refinar conocimiento y moral mediante la práctica del judo se pueden
empezar a ver resultados. Si los estudiantes de judo no mantienen este punto de
vista, la práctica del judo no será de ninguna utilidad para ellos.
Lo mismo puede decirse de la lectura de un ensayo.
No importa lo bueno que éste sea, si
está preocupado sólo con su significado y deja de notar el uso de palabras o
frases y el estilo de escritura, no sacará mucho de él. Si cuando está de
viaje, se limita a prestar atención solo al paisaje, no podrá aprender acerca
de la naturaleza de la propia tierra o los usos y costumbres de su pueblo. Si
quiere sacar el máximo partido de un viaje al extranjero, usted debe prestar
atención a todos los aspectos del país que va a visitar y tratar de sacar lo
más que pueda de él. Si practica el judo con esta mentalidad, también cultivará
naturalmente, el conocimiento y las buenas costumbres.
Jigoro Kano (1860-1938)