En un último punto con respecto a la moral, me gustaría hablar de los secretos del judo y de sus usos. Esta enseñanza, uno de los conceptos más importantes en el combate de judo, dice: «Si gana, no alardee de la victoria, si pierde, no se desanime. Cuando esté seguro, no sea negligente, cuando exista peligro, no se asuste, simplemente siga por el camino hacia delante».
Si tenemos en cuenta esta enseñanza, más allá del ámbito de la lucha del judo, lo esencial es que si se jacta de su victoria, es posible que pierda la próxima vez. Asimismo, sentirse desalentado después de perder no es beneficioso; en ambos casos, tiene que poner su corazón en el combate. Además, esto significa que si usted se encuentra en una situación de seguridad, no puede permitirse el lujo de perder su concentración; no importa en qué tipo de situación se encuentre, tiene que emplear los mejores medios a su disposición y mantener el rumbo.
Si tuviera que expresar esta enseñanza en pocas palabras, estas serían: no importa cual sea la situación, haga uso de los mejores medios a su disposición. Vamos a aplicar este principio al comercio. Siempre hay ganancias y pérdidas en un negocio, pero si sufre una pérdida, no importa cuanto se preocupe por ello, no se puede cambiar. Por otra parte, si se permite bajar la guardia después de obtener una ganancia, pronto pierde. Así que si usted sufre una pérdida o la obtención de un beneficio, no hay otra alternativa que mantener el rumbo, agotando todos los medios que tiene a su disposición, en virtud de las circunstancias, con el capital que tiene. También existe la competencia en la guerra y en la política, y el razonamiento de ellas es realmente el mismo.
He propuesto en este debate que el judo tiene valor más allá de los propósitos educativos. Muchas personas han ofrecido diversas teorías sobre la educación, pero cuando nos fijamos en que a partir de la amplia perspectiva de la nación o de la sociedad, con el fin de transmitir el progreso de la sociedad actual a la siguiente generación y avanzar aún más, debemos difundir nuestros conocimientos a la generación actual y formar sus mentes y sus cuerpos. Cuando examinamos esto desde el punto de vista de un individuo, es para nuestro beneficio el hacerlos independientes y aumentar su felicidad.
Con respecto a la finalidad de la educación, no se puede decir que la simple difusión de los conocimientos de un libro sea suficiente. Aparte de los estudios habituales, la educación es también necesaria para desarrollar el arte de relacionarse con los demás, la capacidad de pensar, y muchas otras capacidades que se aplican en la conducción de la vida al abordar sus retos. Con la práctica del judo, utilizando métodos apropiados, se pueden desarrollar este tipo de habilidades.
En el pasado he tropezado con objeciones a esta filosofía. Personas que me han sugerido que a los alumnos en la escuela no se les puede pedir que aprendan el arte de relacionarse con los demás, la capacidad de pensar, y otros métodos de aplicar la propia capacidad en la sociedad, además de sus estudios ordinarios, y que deben salir al mundo real y aprender estas cosas por sí mismos. No puedo estar más en desacuerdo. Aprender el arte de vivir de las propias experiencias es deseable, pero es un hecho que la mayoría de las cosas son aprendidas primero teóricamente, y en cualquier caso, sólo se puede entrenar la mente con eficacia en la infancia. Así que cuando los estudiantes alcanzan una edad en la que esta teoría puede ser entendida y aceptada, deberán ser objeto de la formación, y desde una edad temprana, si es posible.
Si tenemos en cuenta esta enseñanza, más allá del ámbito de la lucha del judo, lo esencial es que si se jacta de su victoria, es posible que pierda la próxima vez. Asimismo, sentirse desalentado después de perder no es beneficioso; en ambos casos, tiene que poner su corazón en el combate. Además, esto significa que si usted se encuentra en una situación de seguridad, no puede permitirse el lujo de perder su concentración; no importa en qué tipo de situación se encuentre, tiene que emplear los mejores medios a su disposición y mantener el rumbo.
Si tuviera que expresar esta enseñanza en pocas palabras, estas serían: no importa cual sea la situación, haga uso de los mejores medios a su disposición. Vamos a aplicar este principio al comercio. Siempre hay ganancias y pérdidas en un negocio, pero si sufre una pérdida, no importa cuanto se preocupe por ello, no se puede cambiar. Por otra parte, si se permite bajar la guardia después de obtener una ganancia, pronto pierde. Así que si usted sufre una pérdida o la obtención de un beneficio, no hay otra alternativa que mantener el rumbo, agotando todos los medios que tiene a su disposición, en virtud de las circunstancias, con el capital que tiene. También existe la competencia en la guerra y en la política, y el razonamiento de ellas es realmente el mismo.
He propuesto en este debate que el judo tiene valor más allá de los propósitos educativos. Muchas personas han ofrecido diversas teorías sobre la educación, pero cuando nos fijamos en que a partir de la amplia perspectiva de la nación o de la sociedad, con el fin de transmitir el progreso de la sociedad actual a la siguiente generación y avanzar aún más, debemos difundir nuestros conocimientos a la generación actual y formar sus mentes y sus cuerpos. Cuando examinamos esto desde el punto de vista de un individuo, es para nuestro beneficio el hacerlos independientes y aumentar su felicidad.
Con respecto a la finalidad de la educación, no se puede decir que la simple difusión de los conocimientos de un libro sea suficiente. Aparte de los estudios habituales, la educación es también necesaria para desarrollar el arte de relacionarse con los demás, la capacidad de pensar, y muchas otras capacidades que se aplican en la conducción de la vida al abordar sus retos. Con la práctica del judo, utilizando métodos apropiados, se pueden desarrollar este tipo de habilidades.
En el pasado he tropezado con objeciones a esta filosofía. Personas que me han sugerido que a los alumnos en la escuela no se les puede pedir que aprendan el arte de relacionarse con los demás, la capacidad de pensar, y otros métodos de aplicar la propia capacidad en la sociedad, además de sus estudios ordinarios, y que deben salir al mundo real y aprender estas cosas por sí mismos. No puedo estar más en desacuerdo. Aprender el arte de vivir de las propias experiencias es deseable, pero es un hecho que la mayoría de las cosas son aprendidas primero teóricamente, y en cualquier caso, sólo se puede entrenar la mente con eficacia en la infancia. Así que cuando los estudiantes alcanzan una edad en la que esta teoría puede ser entendida y aceptada, deberán ser objeto de la formación, y desde una edad temprana, si es posible.
Jigoro Kano (1860-1938)
No hay comentarios:
Publicar un comentario