La ducha después del entrenamiento de Judo tiene cantidad de efectos beneficiosos, sin duda el primero de ellos es el higiénico pero, además, para nuestro rendimiento físico también existen muchos beneficios.
La ducha después del entrenamiento tiene una serie de aspectos en los que no solemos caer, sin duda alguna el higiénico es esencial, ya que en circunstancias normales, nadie después de entrenar se plantea el no ducharse. Por eso, vamos a hablar de los beneficios que no se suelen tener en
cuenta.
Durante el entrenamiento la temperatura de
nuestro cuerpo y de la sangre aumentan, esto produce una vasodilatación de los
vasos sanguíneos próximos a las piel y hace que se activen las glándulas sudoríparas. Cuando terminamos nuestro entrenamiento seguimos sudando, esto se debe a que nuestro corazón
empieza a bajar su ritmo haciendo que el calor se acumule en los
músculos en lugar de enviarlo a la piel, por esa razón la temperatura
interna aumenta.
En consecuencia, es aconsejable comenzar nuestra ducha cuando hayamos acabado de transpirar, esto puede durar
alrededor de 15-20 minutos. Si no respetamos este tiempo es muy probable
que sigamos sudando, incluso después de terminar nuestra ducha. Durante
este espacio de tiempo, en el que nuestro cuerpo deja de transpirar, es
bueno aprovechar para realizar estiramientos suaves y ejercicios de relajación.
Ahora que ya sabemos cual es el mejor momento para ducharnos, hablaremos de como debe ser nuestra ducha para que sea lo
mas eficiente posible. En la ducha hay que ir mojándose de acuerdo a una serie de indicaciones: primero
los brazos, después los hombros, pecho, espalda y piernas, por este
orden, lo que facilita la circulación sanguínea después de las
prácticas, sin recibir jamás súbitamente el chorro de agua sobre el
cuerpo. También es necesario saber que
beneficios nos ofrecen las distintas temperaturas del agua.
Beneficios del agua caliente
- Aumenta el riego sanguíneo.
- Acelera la limpieza y drenaje de la piel.
- Favorece la recuperación localizada.
Beneficios del agua fría
- Nos ayuda a recuperarnos rápidamente ya que estabiliza la frecuencia cardíaca.
- Ayuda a contraer los vasos sanguíneos y por lo tanto reduce la inflamación.
- Tiene efecto tonificante.
- Deja una piel más suave.
Hay que tener en cuenta que usar agua muy caliente no es bueno debido a que el calor acaba con la
grasa natural de la piel debilitándola. Lo mismo sucede con el agua
demasiado fría. Por lo que debemos encontrar un término medio para
conservar una piel en perfecto estado. La forma mas eficaz de ducharnos será comenzando con agua caliente durante 2-4 minutos y
posteriormente pasar a agua fría durante 1-2 minutos. Este proceso lo
repetiremos de 3 a 5 veces, teniendo en cuenta que debemos acabar con
agua fría.
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