La modestia es la actitud tendente a moderar y templar las acciones externas; implica contenerse en ciertos límites, de acuerdo con las conveniencias sociales o personales. También es la cualidad de humilde, de falta de vanidad o de engreimiento.
Las prácticas específicas de la modestia varían entre culturas, épocas y grupos de personas. El estándar de modestia posee diferentes características, siendo una medida tendente a encauzar al individuo en la sociedad ya que suele ser juzgado por ésta cuado se extralimita en su comportamiento.
Los principios generales de la modestia promueven evitar la excesiva atención hacia uno mismo, limitando las acciones y actitudes para inculcar comportamientos menos egoistas. A veces, la modestia suele confundirse con la timidez o la simplicidad.
Esta virtud generalmente se entiende como un señalado recato y hasta cierto punto inhibición por las expresiones de si mismo; un individuo modesto es el que no hace gala de sus bienes o facultades, esta virtud es la consideración de no lastimar al prójimo con un desplante que pueda causarle daño.
La modestia es la expresión exterior de la educación. La persona que es verdaderamente modesta no se arrodilla por miedo sino por respeto. No dice que es modesto, sólo se comporta como tal. Es el saber apreciar, respetar y estimar el valor de los demás, conocidos o no y tomarlos como referencia.
Al deportista con valores se le conoce por su actitud, comportamiento, caballerosidad y respeto, pues las medallas y trofeos no suelen llevarse colgados. La admiración, la gratitud y la confianza crean la verdadera humanidad y el respeto, sin el cual la relación humana no es posible.
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